Bueno, antes de que cualquier lector pueda decir algo y, tomando por alto el insulto visual que representa esta imagen al espectador, analicemos fria y detalladamente la fisionomía de ésta especie australopitequiana. Primero el cabello. Desde que se puso de moda que el afro regresara entre las huestes reaperas de EUA, pos tómala cualquier pinche negro (no hay de otros) piensa que se deja crecer el cabello y automáticamente parecerá igual de funky que George Clinton y, en el caso totochero, pues a la finísima Rarotonga, lo cual, fuera de Beyoncé Knowles, no es así. Pero, como dicen por ahi, eso como sea.
El pero viene más adelante: Su cara no puede remitir mas que a la parodia de Hector Suárez en el gustado programa La Cosa en el sketch de "Tomás", un niño negro con cara de orangután (y cuerpo y ademanes) y su madre que lo regaña porque dice adivinanzas de doble sentido con claras connotaciones sexuales. De ésta tipa no puedo decir nada mas que, si la mamá de Tomas era Juan Carlos Mendez (que de por si ta gacho) con maquillaje que exageraba sus facciones, pues el espécimen (o especimen, como lo quieran pronunciar) no puede ser mas que la hermana más gacha, de esas que no dejan salir ni a la esquina sin correa, de la familia de la mamá de Tomás, la cual a su lado parece, si, en efecto, Beyoncé Knowles.Pero eso no es suficiente.
La naturaleza tuvo la mala leche de dotarla de dos cisternas de grasa de treinta litros cada una en donde se supone deberían de ir sus senos. El tamaño, en caso normal, se agradecería, pero en sus manos parecen aceite quemado para diesel, ¡vena el color! ese negro ni siquiera puede llamarse ausencia de color en teorpia física. ¡Ése negro es una ausencia de madre, de respeto por la creación! Pero como dijeran los comentarístas de TV Azteca, voy que te quedó jabón: los pezones son dos silos de cochambre pegado en una cacerola después de freír a un perro callejero, más que aureola esa lo que tiene es pivote para el aire de llanta de retroexcavadora! ¡Dios mío, en que cabrones estabas pensando! Además de todo, gorda, las axilas son dos pedazos de buche de cerco pero eso si, muy con su mancha de desodorante, de los brazos ya ni hablamos y por Dios, no quiero imaginar que es la aberración imaginada por la mente de H.P. Lovecraft que tendrá entre las piernas. La pura imaginación de tal error de la naturaleza es a lo que yo llamo "terror cósmico".
Sin embargo, ésta es la prueba viviente de que Dios existe, pero no sólo eso, sino que además tiene un sentido del humor muy parecido al de Alex de la Iglesia: humor negro. O si no, díganme ¿para que coño tiene esta prehumana los ojos verdes? Es un guiño de la divinidad malalechosa que veamos que el día que quiera, nos avienta un hijo (o hija) así de culero como ésta y podemos hacer una chingada para evitarlo.
La neta, esta "morra" no le lateria ni al Trucutrú -cavernícola de tiras cómicas que aparecían en periódicos hace algunos ayeres-, el celibato sería lo único sensato en un mundo donde todas las mujeres fueran así. Pero si ustedes creen que a nadie se le antojaría esta morra, sorprendanse aún mas al saber que la morra, ¡ES ACTRIZ PORNO! ¡lE PAGAN POR TENER SEXO! y más aun, ¡LA GENTE PAGA POR VERLA TENER SEXO!
El pero viene más adelante: Su cara no puede remitir mas que a la parodia de Hector Suárez en el gustado programa La Cosa en el sketch de "Tomás", un niño negro con cara de orangután (y cuerpo y ademanes) y su madre que lo regaña porque dice adivinanzas de doble sentido con claras connotaciones sexuales. De ésta tipa no puedo decir nada mas que, si la mamá de Tomas era Juan Carlos Mendez (que de por si ta gacho) con maquillaje que exageraba sus facciones, pues el espécimen (o especimen, como lo quieran pronunciar) no puede ser mas que la hermana más gacha, de esas que no dejan salir ni a la esquina sin correa, de la familia de la mamá de Tomás, la cual a su lado parece, si, en efecto, Beyoncé Knowles.Pero eso no es suficiente.
La naturaleza tuvo la mala leche de dotarla de dos cisternas de grasa de treinta litros cada una en donde se supone deberían de ir sus senos. El tamaño, en caso normal, se agradecería, pero en sus manos parecen aceite quemado para diesel, ¡vena el color! ese negro ni siquiera puede llamarse ausencia de color en teorpia física. ¡Ése negro es una ausencia de madre, de respeto por la creación! Pero como dijeran los comentarístas de TV Azteca, voy que te quedó jabón: los pezones son dos silos de cochambre pegado en una cacerola después de freír a un perro callejero, más que aureola esa lo que tiene es pivote para el aire de llanta de retroexcavadora! ¡Dios mío, en que cabrones estabas pensando! Además de todo, gorda, las axilas son dos pedazos de buche de cerco pero eso si, muy con su mancha de desodorante, de los brazos ya ni hablamos y por Dios, no quiero imaginar que es la aberración imaginada por la mente de H.P. Lovecraft que tendrá entre las piernas. La pura imaginación de tal error de la naturaleza es a lo que yo llamo "terror cósmico".
Sin embargo, ésta es la prueba viviente de que Dios existe, pero no sólo eso, sino que además tiene un sentido del humor muy parecido al de Alex de la Iglesia: humor negro. O si no, díganme ¿para que coño tiene esta prehumana los ojos verdes? Es un guiño de la divinidad malalechosa que veamos que el día que quiera, nos avienta un hijo (o hija) así de culero como ésta y podemos hacer una chingada para evitarlo.
La neta, esta "morra" no le lateria ni al Trucutrú -cavernícola de tiras cómicas que aparecían en periódicos hace algunos ayeres-, el celibato sería lo único sensato en un mundo donde todas las mujeres fueran así. Pero si ustedes creen que a nadie se le antojaría esta morra, sorprendanse aún mas al saber que la morra, ¡ES ACTRIZ PORNO! ¡lE PAGAN POR TENER SEXO! y más aun, ¡LA GENTE PAGA POR VERLA TENER SEXO!
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